jueves, 26 de junio de 2025

El Asedio al Espacio Público: Cuando el Negocio Ciega la Ciudadanía y Alimenta la Red Clientelar

Desde Podemos Almonte, queremos poner el foco en una problemática que, quizás de forma silenciosa pero constante, está transformando nuestras calles, plazas y aceras: la creciente privatización y usurpación del espacio público por parte de bares, restaurantes y todo tipo de comercios. Lo que debería ser un lugar de encuentro, de tránsito libre y de convivencia para todas y todos, se está convirtiendo en una extensión de negocios, limitando nuestros derechos y transformando la esencia misma de nuestra vida comunitaria. Pero no solo eso: detrás de esta práctica se esconde, a menudo, una perversa lógica de financiación de redes clientelares que detraen recursos de la ciudadanía.


Terrazas y Mercantilización: Ocupando Nuestro Lugar, Degradando lo Común

Pasear por nuestras localidades, incluso aquí en Almonte, es cada vez más una carrera de obstáculos. Terrazas que se extienden sin control, expositores de tiendas que invaden las aceras, y la constante sensación de que cada metro cuadrado está a la venta. Esta expansión comercial del espacio público no es inocua:


  • Restricción del paso: Las aceras se vuelven intransitables para personas con movilidad reducida, carritos de bebé o simplemente para quien quiere pasear tranquilamente. Los peatones se ven obligados a sortear mesas, sillas y obstáculos, a menudo invadiendo la calzada con el riesgo que ello conlleva.
  • Contaminación acústica y visual: El bullicio constante, la música alta y la proliferación de elementos publicitarios degradan la calidad del ambiente urbano, convirtiendo lo que antes era un remanso de paz en una zona de estrés.
  • Pérdida de identidad: Los espacios singulares, las plazas con encanto, son desfigurados por la uniformidad de las terrazas comerciales, perdiendo su carácter de lugar de encuentro espontáneo y su valor cultural

Pero la usurpación va más allá de la mera ocupación física. Estamos asistiendo a una comercialización de la necesidad de socializar. Parece que, para poder sentarse, conversar o simplemente estar en un espacio agradable, uno debe consumir. Los bancos se retiran, las zonas verdes se reducen, y los pocos árboles que daban sombra en plazas históricas parecen estorbar.


¿Qué sucede cuando se eliminan los bancos o se reduce la sombra en nuestras plazas y calles? Se dificulta el simple acto de sentarse, de charlar sin prisas, de que las personas mayores descansen, de que los jóvenes se reúnan libremente. Se expulsa de facto a quienes no pueden o no quieren consumir, convirtiendo el espacio público en un club privado al aire libre para quienes tienen capacidad económica.


La creación de espacios agradables, con mobiliario urbano adecuado, con árboles que ofrezcan sombra y frescor (tan necesarios en Almonte y nuestra comarca), es una inversión en calidad de vida y en la salud comunitaria. Su eliminación o deterioro en favor de más mesas y sillas de bares, no solo es una falta de visión urbanística, sino una agresión directa a los derechos de la ciudadanía.


La Restricción de la Libertad y la Financiación de Redes Clientelares

Esta deriva tiene también una dimensión política preocupante. Los espacios de encuentro espontáneo, donde las personas conversan libremente, debaten, comparten sus preocupaciones y, en ocasiones, gestan críticas al poder establecido, son vitales para una democracia saludable. Cuando estos "corros" se ven constreñidos o eliminados, se restringe, aunque sea sutilmente, la libertad de reunión y de expresión. Si para poder sentarte y hablar necesitas ir a un bar y consumir, se impone una barrera económica a la socialización y, potencialmente, a la articulación del descontento ciudadano.


Mientras tanto, los ayuntamientos ven en la "tasa de terrazas" una fuente de ingresos fácil. Sin embargo, ¿dónde va a parar esa recaudación? A menudo, no se revierte en la mejora de otros servicios públicos, ni en la creación de esos espacios dignos que se están eliminando. En cambio, vemos cómo las plantillas de las administraciones crecen, con una masa de "colocados" cuyas funciones no siempre redundan en un trabajo efectivo y necesario para la ciudadanía. A esto es a lo que nos referimos cuando hablamos de redes clientelares: una estructura informal, a menudo opaca, en la que se distribuyen empleos, favores o contratos públicos no en base al mérito o la necesidad real, sino a la afinidad política o al apoyo a un partido o grupo de poder.


Estos ingresos extraordinarios de la privatización del espacio público pueden acabar sirviendo para mantener esa "masa de colocados" en las administraciones, es decir, para financiar esa red clientelar que asegura la lealtad y el control, sin que el trabajo que realizan sea efectivo o necesario para el bienestar general. Se privatiza el disfrute del espacio público para engordar estructuras burocráticas ineficientes y para mantener un sistema de favores, en lugar de mejorar la vida de quienes pagan esos impuestos con el uso de un espacio que es de todas y todos.


Recuperemos Nuestro Espacio: Un Compromiso de Podemos Almonte

Desde Podemos Almonte, creemos firmemente que el espacio público es un bien común inalienable. No es una mercancía que se pueda alquilar al mejor postor o ceder sin límites. Es el corazón de nuestra comunidad, el lugar donde se encuentran todas las generaciones, donde se tejen lazos sociales y donde la ciudadanía ejerce su derecho a la ciudad.


Exigimos a nuestras autoridades locales que prioricen los derechos de la ciudadanía frente a los intereses comerciales desmedidos y las lógicas clientelares. Es urgente:


Regulaciones estrictas para las terrazas y expositores, garantizando el libre tránsito y el acceso universal.

Inversión en mobiliario urbano de calidad, bancos suficientes, fuentes y zonas de sombra.

Creación de nuevos espacios verdes y de encuentro, que inviten a la convivencia sin necesidad de consumo.

Transparencia en la gestión de las tasas municipales, asegurando que reviertan en la mejora real de los servicios y espacios públicos para todos, y no en el mantenimiento de estructuras clientelares.

El espacio público es nuestro. Es el ágora de nuestra democracia local. Desde Podemos Almonte, trabajaremos incansablemente para que nuestras calles y plazas vuelvan a ser de todas y todos, y no un mero escaparate o una extensión de negocios privados al servicio de intereses opacos.


¡Recuperemos Almonte para su gente!


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