La noche del 7 de septiembre de 2025 nos dejó una excelente noticia que debemos celebrar con alegría y esperanza. En Argentina, la ciudadanía ha dado un sonoro revés a las políticas de "La Libertad Avanza", el partido ultraderechista de Javier Milei, y ha enviado un mensaje claro y contundente al mundo: la manipulación mediática y las promesas vacías de la ultraderecha tienen un límite, y ese límite es la voluntad de un pueblo que se niega a perder su futuro.
Los resultados de las elecciones de ayer son la prueba de que, por mucho que los grandes poderes económicos y sus medios afines intenten vendernos un modelo de sociedad basado en el individualismo, la desigualdad y la precarización, la gente tiene memoria y dignidad. En los últimos meses, hemos visto cómo la maquinaria del odio y la mentira trabajaba sin descanso para desviar la atención de los problemas reales, para culpar a los de siempre de las consecuencias de sus propias políticas. Pero la ciudadanía argentina, harta de recortes, de una sanidad y educación pública en riesgo, y de una economía al servicio de unos pocos, ha dicho basta.
Como dijo el poeta argentino Jorge Luis Borges, "la duda es uno de los nombres de la inteligencia". Y ayer, millones de argentinos dudaron de la propaganda, de las promesas del paraíso neoliberal y de la supuesta inevitabilidad de la miseria. Dudaron y, con su voto, demostraron una inteligencia colectiva que nos llena de orgullo a quienes creemos en una sociedad más justa, feminista y solidaria.
La victoria de las fuerzas populares y progresistas en Argentina es un espejo en el que podemos mirarnos en España y en toda Europa. Es un recordatorio de que, aunque el camino sea difícil, la resistencia no es en vano. Nos demuestra que la gente está despertando, que no se conforma y que está dispuesta a luchar por sus derechos y por un futuro digno para las próximas generaciones.
Desde Podemos Almonte, saludamos con satisfacción este resultado y redoblamos nuestro compromiso. La lucha por la justicia social, por los derechos de la mayoría y contra los discursos del odio y la precariedad es una batalla que se gana en las calles y en las urnas. Argentina nos ha dado un ejemplo de esperanza. Ahora nos toca a nosotros seguir construyendo esa alternativa en nuestra tierra, en nuestra Andalucía y en cada rincón donde la gente se organice para defender lo común.
¡Sí se puede!
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